Describe cómo la empresa de servicios públicos está apoyando los planes nacionales de electricidad para lograr la cobertura eléctrica universal. También incluye la asequibilidad del servicio de electricidad para los sectores menos vulnerables de la sociedad.
Esta actividad describe el modo en que la empresa de servicios públicos apoya los planes nacionales de electricidad para lograr una cobertura eléctrica universal, que incluye el acceso a lugares remotos normalmente en zonas rurales, así como a aquellos en zonas urbanas con acceso limitado a la electricidad. También incluye el análisis de la asequibilidad del servicio eléctrico para las partes menos vulnerables de la sociedad.
El acceso a los servicios eléctricos es fundamental para la salud y la calidad de vida de los hogares, así como para el desarrollo económico y social. Hay que tener en cuenta que la compañía eléctrica es responsable de una amplia variedad de obligaciones que van desde la cobertura universal dentro de un área administrativa hasta la exclusión de la prestación del servicio de ciertas zonas dentro de esa área geográfica (por ejemplo, los barrios que no cumplen con las normas mínimas de desarrollo urbano). Esta circunstancia se contempla definiendo explícitamente las medidas de cobertura física en relación con el área geográfica de cobertura del servicio definida en el mandato de la empresa.
En el ámbito de la energía, es habitual que los gobiernos o las empresas, a la hora de planificar el acceso de la población a los diferentes servicios energéticos, busquen aumentar o mejorar el acceso de los hogares a la electricidad, o el uso de tecnologías y combustibles limpios para cocinar los alimentos. Sin embargo, para lograr los objetivos de las políticas y programas de acceso, además de considerar los índices de cobertura de la infraestructura, es fundamental analizar otros aspectos que revelan los impedimentos de la población para poder beneficiarse de los servicios que brinda el uso de la energía. Estos aspectos son la asequibilidad del consumo de electricidad, y la capacidad de la población para acceder y pagar por las tecnologías y equipos domésticos que permiten el uso y beneficio de la energía.
La asequibilidad es un concepto clave en este análisis, y abarca tanto el acceso a la infraestructura energética como el acceso a los servicios energéticos. Se refiere a la capacidad de grupos de consumidores para pagar un nivel mínimo de un determinado servicio. Una forma de medir la asequibilidad es a través de la proporción de los ingresos mensuales del hogar que éste destina a pagar los servicios públicos básicos. En otras palabras, si esta proporción es alta, un servicio es menos asequible y viceversa.
En esta discusión, en lo que respecta al acceso a la energía eléctrica, es importante considerar tanto la capacidad de pago de la falla eléctrica como la capacidad de adquirir y pagar estas tecnologías y aparatos eléctricos.
Esta actividad de acceso al servicio en los servicios públicos está actualmente en desarrollo y se incorporará próximamente.