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Marco normativo Incentivos financieros

Incentivos financieros

Los distribuidores pueden recibir un incentivo positivo, o negativo, que suma, o resta, a sus ingresos en función de los resultados del servicio. Por ejemplo, un rendimiento superior al requerido puede permitir un aumento de la remuneración del distribuidor. Los incentivos pueden aplicarse a través de la correcta definición de los indicadores de calidad y los estándares de rendimiento, así como de su adecuada calibración (es decir, los incentivos positivos y negativos deben estar alineados con el impacto económico que puede representar un aumento o una disminución de la calidad).

Además, se puede determinar que los incentivos se apliquen y se controlen en función del rendimiento medio de un indicador de calidad (rendimiento medio de SAIDI, SAIFI, etc.), en función del rendimiento de los niveles de calidad individuales (calidad del cliente peor atendido), o de ambos. Por ejemplo, si un distribuidor está progresando en su rendimiento medio de la calidad del servicio, puede ser objeto de recibir unos ingresos más elevados, pero si al mismo tiempo los clientes peor servidos no han experimentado una mejora en la calidad del servicio, el distribuidor debe pagar una compensación económica a los clientes peor servidos (es decir, cobrando una tarifa energética más baja hasta que la calidad del servicio mejore para este grupo de clientes).

Teniendo en cuenta que la calidad del suministro de electricidad puede depender en gran medida de factores externos (es decir, las condiciones meteorológicas o los fenómenos naturales de un año concreto afectaron al rendimiento de la red), deben considerarse umbrales de rendimiento superiores e inferiores. De este modo, los distribuidores pueden operar dentro de unos límites aceptables dentro de los cuales no se activan incentivos financieros positivos o negativos.

Un ejemplo de esquema de calidad basado en incentivos es el adoptado en Colombia (Resolución CREG 015 de 2018). La calidad en los sistemas de distribución se mide anualmente en términos de dos indicadores SAIDI y SAIFI. Con base en la mejora, o deterioro, de la calidad promedio del sistema (promedio de los eventos que afectaron a todos los usuarios atendidos por la empresa distribuidora durante el año anterior), respecto a una meta establecida por el regulador, la empresa distribuidora recibirá un incentivo anual, positivo o negativo, que se suma o resta de los ingresos regulados. El objetivo de calidad media, tanto para el SAIDI como para el SAIFI, se fija en una mejora anual del 8%. Hay un colchón de +/- 0,5% en el cumplimiento del objetivo anual, dentro del cual, el incentivo es cero. Los indicadores de objetivos a largo plazo son 2 horas y 9 interrupciones para SAIDI y SAIFI respectivamente. Estos indicadores se calculan, se registran y se tienen en cuenta por la ISO, que se encarga de los cálculos de las tarifas mensuales.